Las 7 de la mañana. Suena el despertados. Lunes. Malditos lunes. No me gustan en nada. Por que? Pues porque significa que empieza la semana. Los odio. Apago el despertador. Me levanto. Me visto. Me peino. Desayuno y meto las cosas en la mochila. Menos mal tengo tiempo de ver un rato la tele. Me siento en el salón. Enciendo la tele. Nada. Nada. Nada. Apago la tele ya que no hay nada interesante que ver. Miro la hora en el móvil. La hora de irse. Me da tiempo de llegar a la esquina en la que quedo con Ana para ir juntas al instituto. Llego a la esquina. Esta esperandome. Esta igual de guapa que siempre. La saludo y nos vamos andando hasta el instituto ya que no está muy lejos. Nos ponemos ha hablar de lo que hemos hecho en el fin de semana. Pero Ana ve de lejos a Pablo y no me hecha cuenta de lo que le hablo.
-Mira allí esta Pablo- me dice.
-Pues ve a hablar con él.
-Tu estás loca?, yo soy incapaz de hacer eso y tu lo sabes.
-Pero entonces nunca vas a conseguir estar con él.
-Ya lo se, pero es que no puedo, además hoy no estoy arreglada para la ocasión.
-Bueno, pero otro día tienes que ir a hablar con él, vale?
-Vale, pero tu vienes conmigo.
-Pero que pinto yo ahí?
-Pues yo que se... para ayudarme si no se que decir.
-Bueno, vale, iré contigo.
-Te quiero.
-Y yo- le dije.
Llegamos al instituto. Entramos en clase. Están Bea y Miriam. Bien ya estamos todas. Ahora podremos hablar sobre lo que pasó el fin de semana antes de que suene el timbre. Nos da tiempo de contarnos todo. Toca el timbre. Ahora matemáticas. Menos mal que ayer me ayudó Carla a hacer los deberes. Bueno más bien me los hizo ella. Me siento en mi sitio que está al lado de el de Miriam y al lado de la pared. Las demás están en la otra esquina de la clase. Entra el profesor de matemáticas Don Matías. No es mala persona pero cuando quiere bien que se enfada.
Pide los deberes. Menos mal que los he hecho y me pone un positivo. Se me pasa la hora de matemáticas volando. A segunda naturales. Aburrimiento total. Tercera. Lengua. No ha venido la profesora así que hora libre pero el que nos ha tocado de guardia es tan saborío que no nos ha querido bajar al patio. Pero he estado todo el rato hablando con Miriam y se me a pasado la hora volando. Suena el timbre. Bien, recreo. Nos vamos las 4 a la cafetería. Cogemos los bocadillos y nos sentamos en unos bancos que hay afuera. Nos ponemos a hablar del chico que le gusta a Ana. Pero como siempre hablamos de lo mismo no presto atención y me pongo a ver a los chicos que pasan delante nuestra. No hay nadie nuevo pero hay uno que me llama la atención. Esta apoyado en un árbol con sus amigos. Es moreno, alto, los ojos no se los veo muy bien desde aquí pero parece que son marrones oscuros. Parece que tiene 15 o 16 años. Es otro chico más pero hay algo que me llama la atención en él.
-Paula. Paula. Paula- me está llamando Bea.
-Que quieres?- le digo.
-En que estabas pensando?
-Eeehh... en nada.
-Como que en nada, no nos estabas hechando cuenta, llevamos un rato llamandote y tu en las nubes- dijo Miriam.
-Bueno está bien, es que me he quedado mirando a aquel chico de allí- les digo señalandole-. Es que hay algo que me llama la atención en él.
-Pues es muy mono, pero no tanto como Pablo- dice Ana.
-Anda yo a ese lo conosco de vista, se llama Tony- me dice Miriam-. Y creo que tiene 16 años.
Suena el timbre. Vamos a clase. Las demás clases se me hacen eternas. Suena el timbre final. Recogo mis cosas. Me despido de esta gente y me voy sola a casa porque Ana hoy se va a casa de Bea. Todo va bien hasta que...
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